Para las arras hice unos pequeños tocados de sinamay, en rojo y blanco, con flores preservadas, totalmente naturales. Estas flores son un concepto totalmente innovador y revolucionario, ya que, conservan su frescura durante años y su apariencia es fresca y natural, como si se tratara de una flor recién cortada.
Por otro lado, los tonos rojos y blancos, en las flores y en los lazos, me parecen ideales y un gran acierto para esta época del año.
Las hermanas de la novia, Cristina e Irene, guapísimas las dos, también eligieron para sus outfits y tocados, colores fríos y calientes, como el coral o el amarillo, perfectos para estaciones como el otoño o el invierno.
El tocado de Cristina está hecho con plumas teñidas en coral, y el de Irene es un plato de sinamay con bucles en sinamay y petalos amarillos a juego de los tonos del vestido.
Por último y no por ello menos importante, termino este post, tan especial, con la más guapa de la boda: ¡La novia!
Ya os he contado en alguna ocasión, que las coronas de flores es uno de mis accesorios favoritos, por el gran simbolismo que encierran en ellas y lo que representan en momentos importantes y especiales de la vida.
La combinación de flores que forman, flores y coronas, me parece la mezcla perfecta para novias románticas y dulces como Cuqui.
En esta ocasión, me decanté por el nácar y la plata, ideal para estilos románticos, en flores y pistilos, modelados artesanalmente, en porcelana fría.
Como comenté en post anteriores, no existe ninguna chica que no esté guapa con una corona de flores...y si no juzgar vosotras mismas, lo radiante y guapa que estaba Cuqui en su gran día...
Desde el Taller de María, agradecemos la confianza depositada por la novia y algunas de sus invitadas más importantes, y te deseamos toda la felicidad del mundo.
¡Felicidades!
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